03 Oct Mularroya y Almudévar encaran la recta final mientras Yesa se retrasa
Un periodo de recuperación marcado por el fin de una sequía muy dura. Así ha definido la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) el año hidrológico 2023/2024 que finalizó el pasado 30 de septiembre. Resaltan la capacidad planificadora ante los eventos extremos (sequía y crecidas) y el trabajo por una cuenca más sostenible con la aplicación de caudales ecológicos en todas las masas de agua. También la apuesta por una mayor seguridad hídrica con el avance de los trabajos en los embalses pendientes: Mularroya, Almudévar, Santolea y Yesa.
“Las producciones agrícolas y eléctricas se han recuperado y la gente ha vuelto a realizar actividades en los ríos. Esto es una gran noticia y un buen mensaje que nos deja este año hidrológico”, ha remarcado Miguel García Vera, jefe de Planificación de la CHE. Sin embargo, ha remarcado que “seguimos teniendo lluvias tormentosas que provocan daños” y persiste la situación de sequía en algunas zonas como el Guadalope y el Siurana (Cataluña). “Habrá que ver como evolucionan en estos primeros meses de otoño”, ha señalado Vera.
En cuanto a las obras de regulación, Vera ha asegurado que la CHE está trabajando “para culminar los embalses”. En lo relativo a Mularroya ha destacado que las obras se encuentran en el tramo final, igual que en la presa de Almudévar, mientras Santolea continúa con la puesta en carga. Asimismo, siguen los trámites para reanudar “en breve” los trabajos de recrecimiento de Yesa, que se han retrasado debido a “complejidades técnicas”.
Estas obras supondrán un volumen de regulación de casi 1.000 hectómetros cúbicos, adicionales a los 8.150 hm/3 que tiene la cuenca en la actualidad. También destacan dentro de este año hidrológico las actuaciones de mejora y mantenimiento de los embalses y canales ya existentes, como la reparación del desagüe de la presa del embalse del Ebro que está actualmente en ejecución.
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